7 razones para empezar a ahorrar para visitar Turquía el próximo año

Así como Grecia e Italia, Turquía es uno de esos destinos cuyo legado histórico y cultural es un verdadero deleite que se refleja en la gente, la arquitectura, las expresiones religiosas y la gastronomía del país, tan diversa y rica como su historia. Por si fuera poco, este país, que tiene un pie en Europa y otro en Asia, tiene algunos de los paisajes naturales más espectaculares del mundo —entre los que destacan playas preciosas, valles llenos de formaciones rocosas imposibles, montañas de vegetación exuberante, ríos, lagos y lagunas—, muchos de los cuales se pueden visitar. Definitivamente, un viaje por Turquía es uno de los que tienes que incluir en tu ‘bucketlist’ sin importar de cuál sea tu plan vacacional ideal. Si es que habías olvidado anotarlo en tu lista de viajes pendientes, aquí te dejamos siete razones para empezar a ahorrar para visitar Turquía el próximo año.

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PARA ADMIRAR LA BELLEZA DE ESTAMBUL

La cultura vibrante de la capital de Turquía no solo se debe a su impresionante historia, sino también a su ubicación geográfica: mientras que el poniente de la ciudad se encuentra dentro de Europa, la zona oriente es parte de Asia. Así, Estambul es un hervidero cultural imperdible donde encontrarás algunos de los edificios más emblemáticos tanto del cristianismo como del islam, como Hagia Sofía —construida en el siglo VI como basílica cristiana, posteriormente convertida en iglesia ortodoxa, más tarde en mezquita, luego en museo, y desde hace tres años, nuevamente en mezquita— y la Mezquita Azul

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Una de las mejores maneras de conocer esta ciudad es dejarte perder en sus calles y aventurarte a conocer sus mercados (entre los cuales resalta, obviamente, el Gran Bazar) y arquitectura. También puedes subir a la Torre Gálata para admirar las panorámicas más emocionantes de Estambul y del río Bósforo, donde puedes tomar un tour en bote y deleitarte con el atardecer turco.

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POR LA RIQUEZA DE SU HISTORIA

Así como Grecia e Italia, Turquía es un destino imperdible para los amantes de la historia, ya que la suya se remonta siglos hacia el pasado y vio conquistar y florecer montones de culturas cuyo legado sigue vigente hasta hoy, entre las que destacan los hititas, los frigios, los crimeos, los persas, los gálatas, los celtas, los griegos, los romanos, los armenios, los godos y los imperios Bizantino y Otomano. 

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La región que hoy forma el territorio de Turquía está conformada por lo que solían ser dos pueblos distintos: Anatolia (la parte asiática) y Tracia Oriental (la parte europea), las cuales se unieron tras la conquista del Imperio Romano en el siglo II a.C., convirtiéndose finalmente en el núcleo del Imperio Bizantino. La antigua ciudad de Efeso, fundada en el siglo X a.C., es una de las ciudades romanas mejor preservadas, hogar del templo de Artemisa y la Biblioteca de Celso. Otra visita que no puede faltar en tu itinerario es el sitio arqueológico de Gobekli Tepe, un complejo de más de 12 mil años considerado el templo más antiguo del mundo.

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POR SUS PLAYAS PARADISÍACAS

Turquía tiene salida al mar Meditarráneo al sur, y al mar Negro al norte, por lo que no es de sorprender que sea uno de los mejores destinos para disfrutar de las playas más espectaculares. La costa sur es apodada la Costa Turquesa, y no es difícil comprender por qué, ya que el Mediterráneo se extiende en todo su esplendor y baña la arena con sus aguas cristalinas, creando el ambiente perfecto para nadar y bucear. Por otro lado, a lo largo de la costa también podrás encontrar diversas ruinas arqueológicas, como la antigua ciudad Olympos, escondida entre la playa y la vegetación exuberante de las montañas. 

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Otra playa que te robará el aliento es la Laguna Azul en Oludeniz, donde la arena se extiende para crear una laguna natural ideal para dar un paseo en bote o en kayak. Y si de pueblitos costeros se trata, la atmósfera relajada y las calles empedradas de Kas son todo lo que necesitas para pasar unas vacaciones tranquilas y llenas de aventura, donde puedes tomar un recorrido en bote para conocer el área de la ciudad hundida de Kekova y la aldea de Simena, conocida por su castillo bizantino y su helado artesanal.

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PARA VOLAR EN GLOBO SOBRE CAPADOCIA

Todxs conocemos las icónicas fotografías de los globos aerostáticos sobrevolando los valles desérticos de Capadocia con sus características ‘chimeneas de hadas’ y sus cañones multicolores. Estas formaciones rocosas son un milagro de la naturaleza que data de los siglos VIII y VII a.C. Incluso si lo tuyo no son las alturas, puedes recorrer el valle a pie y contemplar el espectáculo desde un ángulo diferente pero igual de maravilloso. 

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Además, visitar Capadocia es el pretexto perfecto para hospedarte en Gerome, ubicado justo en el corazón de la región, de modo que no solo está a tiro de piedra de las principales atracciones de la zona, sino que el lugar en sí —en medio de las chimeneas de hadas— es una belleza llena de museos, iglesias y valles con formaciones rocosas imposibles.

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POR SU ESPECTACULAR GASTRONOMÍA

Sabemos que la riqueza histórica, cultural y natural de Turquía es enorme, de modo que la gastronomía es, lógicamente, un espectáculo. La sinfonía de especias, carnes, quesos, harinas, verduras, frutas y bebidas es sencillamente el sueño de todo viajero foodie. La cocina turca es vasta y diversa, así que prepárate para encontrar los clásicos —kebab, hojas de parra y tabule— hasta platillos que te sorprenderán con sus sabores, aromas y texturas

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Y qué decir de los dulces y los postres: desde la baklava hasta las ‘delicias turcas’, no hay nada como dejarse deleitar con el ‘crunch’ del kadaif y sentir la miel correr por los dedos, acompañado de un té o un café turco. Un ‘must’ en la ruta gastronómica por el país es Gaziantep, considerada la capital culinaria de Turquía no solo por la opinión pública, sino por la mismísima UNESCO.

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PARA VISITAR EL PUEBLO DE SAFRANBOLU

Esta ciudad en la región del Mar Negro es considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por sus casas tradicionales otomanas y las tiendas de artesanías de cobre alineadas a lo largo de las calles empedradas. Visitar esta ciudad es un verdadero viaje en el tiempo a través de uno de los principales pueblos dentro de las rutas comerciales que llevaban mercancía de Oriente a Occidente, por lo que este también fue un punto de encuentro entre diversas culturas. Entre sus principales atracciones destacan la vieja mezquita, los antiguos baños públicos y la madraza de Solimán Pachá, edificados en el año 1322.

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PARA SUMERGIRTE EN LAS AGUAS TERMALES DE PAMUKKALE

En turco, Pamukkale significa ‘castillo de algodón’, y basta con ver este espectáculo natural para entender por qué. El alto contenido en calcio de estas aguas termales han creado piscinas naturales de un blanco impactante, casi como nieve, a lo largo de terrazas que contrastan con el paisaje montañoso a su alrededor. Las atribuciones curativas de Pamukkale se remontan al siglo II a.C., cuando el lugar se utilizaba como spa. 

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