Si bien es cierto que buena parte del glamour y la identidad francesa se cimientan en su mercado de lujo, la realidad es que no hace falta disponer de un presupuesto millonario para tener un viaje muy provechoso por sus tierras. Si algo abunda en este destino de ensueño son rincones llenos de magia que se pueden disfrutar sin gastar de más, desde los espectaculares paisajes de los viñedos y las costas, hasta una arquitectura que nos cuenta la historia de cada pueblo con tan solo recorrerlo a pie. Estas son cinco de las ciudades más baratas de Francia para sacarle mucho provecho a tu viaje sin terminarte todos tus ahorros.
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Toulouse
Además de ser un destino lleno de templos góticos y palacios renacentistas, Toulouse es una de las ciudades más baratas de Francia, ideal para recorrerse en un par de días sin necesidad de dedicarle un porcentaje desproporcionado de nuestro presupuesto. Aquí se encuentra la Basílica de San Sernín, la iglesia románica más grande del mundo y la segunda más antigua de Francia. De hecho, este templo forma parte de la ruta francesa del Camino de Santiago y está catalogada como Patrimonio Mundial de la UNESCO. Algunos otros sitios que vale la pena visitar son el Convento de los Jacobinos para descubrir sus vitrales, el mercado de la Place Victor Hugo para comer y el Canal du Midi que conecta Toulouse con el Mediterráneo.
Montpellier
No hace falta llevar un presupuesto exorbitante para dar un buen recorrido por el sur de Francia. Montpellier es una ciudad llena de vida sobre la costa del Mediterráneo, con un espíritu elegante y sofisticado donde la mayoría de los días son soleados. Esto y sus precios accesibles han hecho de este un destino popular entre estudiantes, por lo que aquí los planes culturales y la vida nocturna están a la orden del día. Si no sabes por dónde empezar a recorrer Montpellier, dirígete a L’Écusson, el casco antiguo construído en la Edad Media que hoy funciona como un punto de reunión para todos los planes, pues aquí puedes visitar sus plazas y maravillarte con su arquitectura lo mismo que ir de compras en sus boutiques o sentarte a tomar algo en sus terrazas.
Cassis
Este pequeño y precioso puerto pesquero en el Mediterráneo es otro de los destinos para sacarle mucho provecho a tu viaje a Francia sin gastar de más. Cassis parece sacado de una pintura impresionista, con sus casas de colores pastel y los botes que flotan tranquilos sobre el agua. Si visitas esta ciudad, no dudes en destinar un momento para degustar los vinos de la región, producidos en viñedos de 800 años de antigüedad que se extienden frente sobre la costa creando paisajes —y sabores— imprescindibles.
Angers
Si deseas recorrer el Valle del Loira, asegúrate de incluir Angers en el itinerario, pues además de ser una de las ciudades más baratas de Francia, este destino cuenta con un rico patrimonio histórico, arquitectónico, cultural y gastronómico que combina el presente y el pasado de manera asombrosa. Sin duda, algunos de sus atractivos más destacables son las murallas medievales construidas en el siglo XIII para proteger un castillo que sobrevive hasta nuestros días con sus imponentes torres y sus preciosos jardines. Por otro lado, este es un destino culinario por excelencia, por lo que todo amante del buen comer y del buen beber amará descubrir los viñedos que se extienden alrededor de este pintoresco pueblo.
Burdeos
A pesar de ser uno de los destinos más famosos, Burdeos también es una de las ciudades más baratas de Francia, y buena parte de esta aseveración se debe a que no hace falta gastar demasiado dinero para descubrir la magia de este lugar. Desde la Catedral de Saint-André y la Puerta de Cailhau hasta el Monumento a los Girondinos y el Gran Teatro, Burdeos está repleto de atracciones que se pueden descubrir de forma gratuita. Por supuesto, aquí también vale la pena destinar una parte del presupuesto a conocer la gastronomía local, que va desde espectaculares vinos de la región hasta los mariscos más frescos.
