Ya conoces las pirámides de Giza, ahora descubre el Templo de Hatshepsut en Egipto

Situado en la orilla occidental del río Nilo, cerca de la ciudad de Luxor —la antigua Tebas, capital de Egipto durante el Imperio Medio y el Imperio Nuevo— se yergue el majestuoso templo funerario de Hatshepsut. Fue la quinta gobernante de la dinastía XVIII durante el Imperio Nuevo (1570-1068 a.C.), y aunque Hatshepsut no fue ni la primera ni la última faraona de Egipto, su tiempo como regente se caracteriza por haber sido un periodo de estabilidad y prosperidad. Su reinado comenzó al morir su esposo alrededor del año 1513 a.C., cuando se convirtió en regente de su hijastro Tutmosis III, e incluso cuando él cumplió la mayoría de edad, Hatshepsut conservó el título de reina. Durante más de veinte años, Egipto tuvo dos reyes que convivieron sin mayor conflicto.

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Una de las obras arquitectónicas que se construyeron durante su mandato fue, precisamente, el que sería su templo funerario, el más monumental del complejo Deir el-Bahari y único en su género en todo Egipto. Parcialmente excavado en la montaña, se accede a él por un camino procesional y una serie de rampas que culminan en un edificio que destaca por su estructura escalonada que consiste en tres terrazas que se integran armoniosamente con el paisaje de acantilados rocosos.

Este templo funerario estaba dedicado principalmente al dios Amón-Ra, el más venerado durante la decimoctava dinastía y con quien se asociaba a Hatshepsut, otorgándole una cualidad divina tanto a ella como persona como a su reinado. Sin embargo, cuenta con algunas otras capillas donde se adoraba a otros dioses menores, como a Hathor (diosa del cielo) y a Anubis (dios de la muerte). En los muros se representaron escenas de la Reina con el dios Amón-Ra, como su nacimiento y su expedición a Punt (un reino en las orillas del Mar Rojo), así como imágenes en cada capilla de las ofrendas que se presentaban a los diferentes dioses.

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Sin importar los siglos que nos separan de su construcción, los saqueos e incluso el borramiento del nombre de Hatshepsut de la historia de Egipto durante muchísimos años, el templo aún conserva su esplendor e imponencia. La segunda terraza todavía alberga una serie de esculturas colosales que representan a la reina (en su representación masculina, la cual adoptó a mediados de su mandato) y el dios Amón-Ra. 

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