Italia es uno de los países que no se pueden pasar por alto durante cualquier viaje a Europa, con un encanto histórico y cultural que abarca todo tipo de monumentos históricos, ciudades antiguas y maravillas naturales. Aunque muchos viajeros se centran en visitar su capital –y con justa razón– o recorrer algunas de sus playas mas paradisiacas, Italia cuenta con infinidad de joyas turísticas que muchas veces se pasan por alto, y Stifone es uno de ellos. Sigue leyendo para descubrir más sobre este precioso pueblo a las afueras de Roma.
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Ubicado en la Provincia de Terni y aproximadamente una hora a las afueras de Roma, Stifone es una de las joyas turísticas que vale la pena descubrir en Italia. Se trata de un pequeño poblado de encanto histórico y belleza natural sorprendente, habitada desde tiempos antiguos y resguardando una serie de construcciones arquitectónicas que permiten imaginar su pasado, así como una esencia medieval que se mantiene intacta en cada uno de sus rincones.
Uno de los aspectos más destacables de Stifone es su ubicación a un costado del río Nera en Umbría, lo que en tiempos romanos lo consolidó como un pequeño puerto fluvial cuya abundante presencia de agua fomentó la construcción de molinos, así como la práctica de diversas actividades agrícolas. Actualmente, este poblado en Italia cuenta con una población de apenas 40 habitantes, que a su vez le conceden una atmósfera bastante relajada y pacífica.
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Tan solo recorrer su río Nera es maravillarse con hermosos paisajes naturales, ya que cuenta con aguas color esmeralda que se rodean de grandes colinas y bosques frondosos donde realizar excursiones de senderismo, ciclismo y demás actividades al aire libre. Cerca de su río también hay manantiales que brotan de cuevas completamente naturales, e inclusive un manantial subacuático que muestra parte de la diversidad orgánica en el poblado.
Entre las demás actividades para conocer el patrimonio cultural en Stifone están recorrer sus dos pequeñas plazas, visitar su Iglesia de Santa Marina, subir por la pendiente del Monte Croce hasta los restos del Monasterio de San Giovanni, o aprovechar el viaje para conocer alguno de sus poblados cercanos. Sin duda alguna, visitar este pequeño destino será una forma muy curiosa de descubrir una faceta distinta –y muy auténtica– de Italia.
