Considerada como la Capital Gastronómica de Latinoamérica, Lima es una ciudad de espíritu vibrante que reúne el pasado y el presente de la identidad peruana y los comparte a través de su arquitectura, museos, barrios, moda y, por supuesto, experiencias culinarias. Los restaurantes en esta ciudad son un reflejo de la historia del país, la cual ha visto florecer desde culturas nativas hasta otras tantas que llegaron desde fronteras desconocidas —como importantes migraciones españolas, chinas y japonesas—, trayendo consigo sus propias tradiciones y recetas que poco a poco se fueron adaptando a las costumbres y los ingredientes locales. Mayta es un restaurante de fine dining en Lima que rinde homenaje a la gastronomía peruana a partir de sabores y preparaciones típicas de Perú, pero traídas a la modernidad con el ingenio del chef Jaime Pesaque.
En el idioma aymara, Mayta significa ‘Tierra Noble’, y esa es precisamente la cualidad alrededor de la cual se construye toda la identidad de este restaurante de fine dining en Lima. Y es que aquí el chef Jaime Pesaque hila una experiencia que entreteje conceptos como identidad y comunidad, tradición y modernidad, respeto por la tierra y por los comensales, el dominio de la técnica y la calidad de los ingredientes. Así, Mayta propone una experiencia en la que la comida cuente la historia de su tierra no solo a partir de la trazabilidad de la materia prima, sino también de los platillos novedosos y llenos de ingenio que presenta el chef para reinterpretar la cocina peruana.
Basta con enlistar solo algunos de los reconocimientos que ha recibido Mayta para dimensionar la calidad de la experiencia que se puede esperar vivir en este lugar: en 2019, Mayta entró a la lista ‘Latin America’s 50 Best Restaurants’, para en 2022 subir de categoría y colarse en ‘The World’s 50 Best Restaurants’. Por otro lado, en 2020 fue premiado con el ‘Highest Member Award’, y poco después se llevó la medalla de mejor restaurante en ‘The World Culinary Awards’. Si bien aquí no encontrarás manteles largos ni meseros con trajes de tres piezas, Sí es uno de los restaurantes románticos en Lima que lo tienen todo para considerarse un recinto de fine dining: la calidad impecable del servicio, la atención meticulosa a los detalles y una propuesta gastronómica única.
Aquí es posible pedir a la carta para degustar platillos como el Pulpo Tostado —servido en escabeche de ajíes, con aceitunas y pallares—, Conchas con Leche de Tigre y corla, y un Arroz con Camarones servido con huacatay y emulsión de coral que te volará la cabeza. Cada plato en el menú ha sido meticulosamente diseñado para representar los paisajes peruanos no solo a la vista sino también en el paladar, con texturas y sabores que se combinan para emular los desiertos que se convierten en mares en Paracas y los colores tropicales de la Amazonía. De postre, no te olvides de pedir la Chirimoya y Lúcuma, una suerte de pavlova que limpia el paladar con el sabor sutil del merengue y las notas ácidas y dulces de la fruta peruana.
Sin embargo, otra opción muy recomendable es optar por el menú de degustación de 12 tiempos, pues este tipo de experiencias están diseñadas para ser un recorrido guiado por la identidad del restaurante. Si lo deseas, existe la opción de pedir este menú con tres tipos de maridaje distintos: un maridaje de añadas especiales, uno maridaje regional o uno con bebidas sin alcohol.
Finalmente, sería imposible terminar de hablar de Mayta sin mencionar Yachay, un huerto ubicado en Ica que alimenta a Mayta en todos los sentidos, desde varios de los insumos que se utilizan en el restaurante hasta la propia filosofía de cuidado y respeto por la tierra. Este lugar funciona como un laboratorio de exploración y aprendizaje que nos recuerda que la gastronomía no empieza en la cocina sino en el campo.
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