Designada Patromonio Natural de la Humanidad por la UNESCO desde 2007 y nombrada una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo en 2011, la Isla Jeju es un paraíso que se esconde en Corea del Sur. Hogar de magníficos paisajes naturales, lugares de senderismo que explorar, exquisita gastronomía y experiencias que pocas veces se encuentran en la vida, este sitio es un must en tu próximo viaje a la nación asiática.
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Ubicada en la provincia de Jeju y considerada como la Isla más grande de Corea del Sur, Jeju es un sueño hecho realidad para aquellos turistas que tengan la oportunidad de visitarlo. Además, se caracteriza por su accesibilidad, ya que se puede llegar en aproximadamente una hora y media en avión –desde el Aeropuerto Internacional de Incheon–, o el mismo tiempo en ferry –desde Haenum–.
Dicen las leyendas que la Isla Jeju se formó a partir de la erupción de un volcán marino hace más de dos millones de años. El turista puede observar este hecho por sus piedras negras por la lava, sus conos volcánicos y sus cuevas que parecen llevar al centro de la Tierra. También pareciera que esta Isla se desarrolla en su propio tiempo, debido a que la urbanización no parece afectarla, lo que le brinda un ambiente mágico e intrigante.
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La Isla Jeju es el lugar perfecto para dar paseos guiados por la naturaleza y, en caso de considerarse un viajero más experimentado, inclusive se ha convertido en sitio favorito para realizar senderismo. Con 18 senderos distintos, el Parque Nacional Hallasan permite contemplar su volcán homónimo, caminar por un paraíso natural y disfrutar la isla de un modo distinto.
¿Qué tan raro suena visitar otra isla cuando ya se está en una Isla? Pues superémoslo porque, ya estando en Jeju, la Isla Udo debe estar también en la lista de spots que visitar. A ‘la Isla de la vaca’ se llega en ferry, lo que te permite sentirte como Rose en el Titanic (pero versión coreana); y al llegar, puedes recorrerla completita rentando una bicicleta. Te recomendamos comer cerdo negro coreano, considerado la mejor carne de este animal en toda Corea del Sur; tomarte un vasito del Makgeolli de Jeju, un licor tradicional coreano; y probar como postre una mandarina, especialidad de la Isla.
Jeju no solo es bien bonita en cuestión turística, sino que es un spot que guarda la cultura del país. La Isla cuenta con la comunidad de buceadoras haenyeo, increíbles mujeres que que pescan alrededor de tres meses al año durante siete horas diarias, ¿pero qué creen? Solamente aguantando la respitación, sin tanques de oxígeno o algún instrumento similar. Esta pesca submarina es única en su tipo, y sus conocimientos y prácticas han sido enseñados de generación a generación. Así, esta pesca, que tiene a la naturaleza como eje principal, representa el espíritu de los habitantes de Jeju.