Esta pastelería en Nápoles tiene más de 180 años y visitarla es como cumplir un sueño (Oscar Wilde, Ernest Hemingway y la emperatriz Sissi comieron ahí)

El mundo está lleno de destinos que te seducen no solo con su historia, su cultura y sus paisajes, sino también con la promesa de que ahí comerás como en ningún otro sitio. Uno de ellos es Nápoles, uno de los epicentros de la gastronomía italiana, donde las delicias se precipitan una tras de otra con esos sabores que se han popularizado en todo el planeta, pero que de alguna forma aquí saben más. Por supuesto, la lista completa de restaurantes en Nápoles en los que vale la pena detenerse es bastante extensa, pero no podemos dejar de hacer hincapié en un lugar que lleva ya casi dos siglos siendo una parada imperdible en esta ciudad al sur de Italia: el Gran Café Gambrinus.

Zeppola Frutti di bosco
Zeppola Frutti di bosco. Foto: @gambrinus_napoli

La historia de este legendario café se remonta a 1860, tan solo 12 años después de la unificación italiana. De hecho, ya desde entonces el local se encontraba dentro de un edificio histórico en el corazón de la ciudad: una elegante construcción situada justo frente a la Piazza Plebiscito y al Palazzo Reale. Desde el día uno, el Gran Café (pues en aquel entonces todavía no se añadía el ‘Gambrinus’) se posicionó como el sitio por excelencia para reunirse a discutir sobre política, historia, literatura y la vida en general. Por otro lado, la calidad de la panadería, el café y los helados era tal, que incluso se incluyó este lugar en la lista de proveedores de la Casa Real, el cual contemplaba solo a los mejores productores del Reino de las dos Sicilias.

café en el centro de napoles
Foto: @gambrinus_napoli

En 1890, Mariano Vacca ordenó la primera remodelación del Gran Café Gambrinus (de hecho, este es precisamente el momento en el que se completa el nombre como lo conocemos ahora), y si bien el edificio ya era algo digno de ver, fue en este momento que la arquitectura y el diseño del lugar cobraron el protagonismo que tienen ahora. El proyecto requirió la participación de más de 40 artistas y artesanos que trabajaron arduamente en decoraciones de mármol, estucos, bajorrelieves, tapices y frescos. Así, este lugar se tiene que visitar no solo para probar sus exquisitos gelattos, su legendaria sfogliatella, sus babas y affogatos, sino también para quedarse boquiabierto ante la maravilla de cada detalle. 

Sfogliatella napoles
Sfogliatella de pistache. Foto: @gambrinus_napoli
gran cafe gambrinus
Foto: @gambrinus_napoli

Durante esta época dorada de la Belle Époque, el Gran Café Gambrinus recibió a personajes de la talla de Oscar Wilde, la emperatriz Sissi, Ernest Hemingway, Jean-Paul Sartre, así como incontables figuras del mundo del cine, la literatura y la política. El lugar continuó siendo un éxito rotundo hasta 1938, cuando el prefecto Marziale dio la orden de clausurarlo por considerarlo un sitio de reunión anti-fascista. Con ello, se apagaron las luces y se cerraron las puertas de uno de los sitios de mayor tradición en Nápoles.

pan tradicional italiano
Baba al doppio cioccolato. Foto: @gambrinus_napoli

No fue sino hasta principios de la década de los 70 que Michele Sergio —quien, nacido en 1916, soñaba con volver a ver las vitrinas rebosantes de postres y panes y las mesas llenas de gente enfrascada en debates—, junto con sus hijos y yerno, retomó la operación del Gran Café Gambrinus para devolverle ese brillo que le mereció la fama durante tanto tiempo. Los primeros años no fueron sencillos y atravesaron múltiples contratiempos, pero eventualmente se logró restaurar la famosa galería de arte y la sala de té, incluyendo varios de los acabados arquitectónicos originales. Hoy en día, este sigue siendo un negocio operado por la familia Sergio.

pan dulce italiano
Frolla al limone. Foto: @gambrinus_napoli

¡Coman, disfruten y compartan!

SITIO WEB: grancaffegambrinus.shop