Japón es un destino que merece conocerse de a poco, explorar cada uno de sus recovecos, sus tradiciones, sus platillos y sus paisajes. Sin embargo, dentro del país del sol naciente hay ciudades que parecen querer consentir a sus visitantes con una probada de todo a la vez. Mucho menos conocida que Tokio, Osaka y Kioto, Fukuoka es una tranquila ciudad portuaria en el corazón de Kyushu —la tercera isla más grande de Japón— que deslumbra con sus templos antiguos, sus playas, sus montañas, sus festivales, su gastronomía y sus tiendas de lujo. Sin duda, un must en el itinerario de viaje.
Una ciudad portuaria al Oeste
Ubicada en la costa oeste de la isla de Kyushu, Fukuoka en Japón es una ciudad bien comunicada con otros de los principales centros turísticos, económicos y culturales de la zona. Desde Tokio y Osaka, es fácil llegar en tren bala o avión. Desde la capital nipona, podrás llegar en poco menos de dos horas en avión, o un trayecto de aproximadamente cinco horas en tren. No obstante, se encuentra considerablemente más cerca de Corea del Sur, Taiwán y Shanghái —con vuelos de entre una y dos horas—. Si estás de viaje por Asia, vale la pena tomar un ferry desde Busán —en Corea del Sur— hasta Fukuoka, pues en solo dos horas estarás en una playa igual de vibrante, pero en un país completamente diferente.
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Dos ciudades en una
En realidad, lo que hoy es Fukuoka solía ser dos ciudades totalmente independientes. Por un lado, Hakata era una ciudad comercial —que hasta hoy sigue siendo un distrito financiero—, mientras que Tenjin era una ciudad fortificada que actualmente es un núcleo cultural, gastronómico y social. En 1889, ambas urbes se unieron para formar una moderna metrópoli.
Pero incluso antes de esto, en estas tierras se ubicó el pueblo de Dazaifu en el siglo VII. Durante esos tiempos, este fue el corazón administrativo de Kyushu, y todavía existen las ruinas de las oficinas del gobierno, así como varios templos de gran trascendencia, como Tenmangu —un santuario dedicado a los eruditos y a los académicos—, Kanzeonji —un templo budista— y el templo Shofukuji — el primer templo Zen construido en Japón en 1195—.
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Paisajes naturales repletos de playas y montañas
Uno de los grandes atractivos de Fukuoka son sus deslumbrantes paisajes naturales. En realidad, se trata de una ciudad compacta que convive armoniosamente con el entorno, de modo que, por un lado, tienes el parque costero de Momochi y la península de Itoshima, y por el otro, imponentes montañas perfectos para practicar senderismo y bicicleta. Por su clima ideal a lo largo del año, Fukuoka también se conoce comúnmente como ‘el Mediterráneo de Japón’.
Desde ramen hasta mariscos: la gastronomía de Fukuoka
Japón es un país donde se come bien prácticamente en cualquier sitio, y Fukuoka no solo no es una excepción, sino que además confirma la regla una y otra vez. Por supuesto, al tratarse de una ciudad portuaria, los mariscos ultra frescos están a la hora del día. No obstante, una de las grandes estrellas de la cocina local es el ramen tonkotsu, preparado con huesos de cerdo. Lo mejor es que no necesitas hacer reservaciones ni gastarte la mitad del presupuesto para comer bien en Fukuoka, pues hay estupendos puestos callejeros —también conocidos como ‘yatai’— para probar ramen, sushi e incluso sashimi.
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