En el canal Singel de Ámsterdam abunda el aroma del café recién hecho. Las risas de los comensales, en las terrazas y restaurantes, se mezclan con la suave corriente del río, creando una atmósfera acogedora en los alrededores del Puente Torensluis. Pero detrás de este ambiente de disfrute y serenidad se esconde un pasado sombrío. En este mismo puente, construido en 1648 –considerado el más grande de Países Bajos–, existió una torre que servía como prisión. Aunque los muros de esta cárcel han desaparecido, el puente sigue siendo un recordatorio de un tiempo en el que la vida era muy diferente.
El puente Torensluis también es el más ancho de la ciudad, con 39 metros de lado a lado. Su nombre significa ‘Esclusa de la Torre’, haciendo referencia a la torre que fue construida con el puente, una edificación que fungió como puesto de guardia y almacén pero sobre todo como prisión en la Edad Media. Sobre los prisioneros es difícil precisar qué tipo de personas eran encarceladas allí. Sin embargo, es probable que se tratara de delincuentes menores como deudores o presos políticos. Las condiciones en las cárceles de aquella época eran extremadamente duras. Los prisioneros solían estar hacinados, sin acceso a agua corriente ni a condiciones sanitarias adecuadas. Con el paso del tiempo, la torre dejó de cumplir su función carcelaria y finalmente fue demolida, aunque no quedan muchos textos que den más información sobre la torre, sus cimientos siguen siendo parte del puente y su huella es aún visible en el pavimento. Desde la superficie aún se observa la entrada y las ventanas con barrotes del penal.
Hoy, por su diseño clásico y construcción de madera, el Puente Torensluis es un ejemplo de la arquitectura de puentes del siglo XVII. A pesar de su pasado, la palabra ‘foodie’ se ha colocado entre lo más etiquetado del lugar. Su entorno es muy agradable con terrazas, cafés y restaurantes donde puedes degustar cocina holandesa. También es famoso por la estatua ‘Multatuli’, una escultura del escritor holandés Eduard Douwes Dekker, que permanece sobre el puente. Aquí también se llevan a cabo conciertos, exposiciones, proyecciones de cine nocturnos e incluso desfiles de moda. Si te interesa la historia de Ámsterdam, el Torensluis es una parada obligatoria. Es un lugar ideal para tomar fotos, ya que ofrece vistas pintorescas de los canales y de los edificios circundantes.
El Torensluis se encuentra en una zona muy céntrica, por lo que puedes aprovechar para visitar otros lugares de interés como la Casa de Ana Frank, el Mercado de las Flores Flotante o el barrio de los nueve callejones. También podrías disfrutar de un paseo en barco por los canales de Ámsterdam y admirar la ciudad desde una perspectiva diferente. O montarte a una bici y pasear por las orillas del canal. El Puente Torensluis es un lugar con mucho encanto que no debes perderte si visitas Ámsterdam. Su historia, su arquitectura y su ubicación lo convierten en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad.