Perú es uno de los destinos más infravalorados de América Latina, con una historia fascinante y una riqueza natural tremenda que se traducen en una de las mejores cocinas del mundo, sitios arqueológicos impresionantes –y no hablamos solo de Machu Picchu–, una cultura vibrante y diversa, preciosas artesanías, playas vírgenes de arena dorada, desiertos que parecen sacados de una película, una enorme cordillera repleta de pueblos que se esconden entre las montañas, una enorme diversidad de aromas y sabores provenientes de la Amazoníam y montones de experiencias que atraen a viajeros de toda índole. Colán es un precioso pueblo en la playa de Perú donde no solo encontrarás aguas tibias color esmeralda, sino también un paisaje de casonas de madera junto al mar. Sigue leyendo para descubrir más.
Las playas peruanas son una belleza por la que vale la pena viajar, y una de las más lindas se encuentra en el norte de Perú, específicamente en el departamento de Piura. Se trata de Colán, un pequeñísimo pueblo costero resguardado en una bahía bañada por las aguas del Océano Pacífico. Aquí el clima es famoso por ser cálido todo el año, y desde hace casi cien años existe un balneario ideal para ir a nadar por sus aguas tibias y disfrutar de un oleaje sereno —aunque hay que tener en cuenta que las rayas son parte del ecosistema de Colán, así que se recomienda meterse al mar cuando la marea esté alta y procurar arrastrar los pies en la arena—. Las casas más antiguas de Colán se sostienen sobre columnas de madera que sobrevuelan la playa para permitir que suba la marea sin afectar la estructura.
Si amas los deportes, en este pueblo en la playa de Perú podrás rentar un kayak, hacer windsurf o pasear en moto acuática. También hay opciones fuera del agua para explorar un poco más los alrededores, como ir a conocer las dunas de arena y recorrerlas mientras practicas sandboard o sales a ‘dunear’ en moto, cuatrimoto o camioneta. Si bien esta es una actividad que buscan más los amantes de la adrenalina, en realidad es un deporte seguro y popular perfecto para ver los atardeceres más sublimes entre el mar y el desierto.
Para quienes prefieran un plan un poco más tranquilo, Colán ofrece más de un atractivo para descubrir más sobre la historia del lugar. Por un lado, puedes visitar la que se dice la iglesia más antigua de Perú. La iglesia de San Lucas fue construída por los frailes dominicos en 1536, una sólida estructura de piedra caliza que incluso casi 500 años después se mantiene en buen estado y se considera monumento histórico. De hecho, este fue uno de los primeros templos católicos en Sudamérica, y ha resistido al paso del tiempo, de incendios, terremotos y huracanes que llegaron a arrasar con muchas otras construcciones de la región.
Por otro lado, vale la pena desviarse un poco y visitar las salineras de Colán y La Bocana, otro pueblo muy cercano que, a pesar de ser minúsculo, cuenta con la particularidad de ser el punto donde el río Chira se junta con el mar en un espectáculo de colores. En cualquier punto de tu recorrido, no olvides detenerte a comer un cebiche peruano, que no habrá mejor lugar para probar los mariscos más frescos que este pueblo en la playa de Perú.
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