Ya sea que se planee un viaje de múltiples destinos o unas vacaciones designadas a conocer el territorio italiano, Roma es una de las paradas imprescindibles durante cualquier visita a Europa y, lo mejor de todo, es que se rodea de infinidad de joyas ocultas esperando a ser descubiertas. Si bien vale la pena recorrer la capital para maravillarse con su propuesta cultural y gastronómica, a tan solo una hora de distancia se oculta Civita di Bagnoregio, un pequeño pueblo medieval que vale la pena conocer. Aquí te contamos más.
TE PUEDE INTERESAR: La antigua mansión de Versace en Miami Beach que ahora es un hotel (tan lujoso y exclusivo como imaginas)
Civita di Bagnoregio es uno de los secretos mejor guardados de Italia, ubicado apenas a una hora de distancia de Roma, y resguardando un pequeño poblado de belleza medieval y magnificencia arquitectónica. Pertenece a la Provincia de Viterbo en la zona central de Italia, conocida popularmente como ‘la ciudad moribunda‘ debido a su población escasa de 10 habitantes fijos, pero con un encanto antiguo que vale la pena conocer.
Además de su cercanía con Roma, Civita di Bagnoregio cuenta con una ubicación estratégica al encontrarse de camino a a ciudad de Florencia, por lo que puede conocerse de manera bastante accesible. Se ubica justo en la cumbre de una enorme montaña, lo que genera erosión natural en gran parte de sus construcciones y, si bien esto acelera el proceso de deterioro de la su territorio, también india a visitarla antes de que desaparezca.
TE PUEDE INTERESAR: Atitlán: el precioso lago oculto entre tres volcanes gigantes de Guatemala
Sin duda alguna, desde antes de llegar al pueblo se pueden admirar paisajes de contraste ente arquitectura medieval y belleza natural, dignos de postal y esperando a ser fotografiados. Civita di Bagnoregio mantiene gran parte de sus construcciones erigidas hasta 2,500 años atrás, que a su vez se entremezclan entre callejones románticos donde perderse libremente.
Se recomienda visitar el poblado mediante un recorrido guiado, esto para conocer a fondo su historia y no perderse ninguno de sus puntos emblemáticos. Destacan su Porta di Santa Maria –decorada con dos leones de piedra arañando caras humanas–, la Iglesia de San Donato, y los edificios renacentistas de los Colesanti, los Bocca y los Alemanni.
