Pocas ciudades pueden jactarse de haber sido testigos de los momentos históricos más trascendentes de la historia de sus países. Esta ciudad en la provincia de Castilla no solo fue testigo de los movimientos e intercambios culturales más determinantes en la identidad de España, sino que conserva los vestigios y los comparte con todo aquel que se adentra en sus murallas. Toledo lo ha visto todo y está listo para infundirte en sus memorias, que permanecen tan vivas como siempre. Si no lo has hecho ya, aquí te dejamos siete razones para visitar Toledo al menos una vez en la vida.
¡Viajen, disfruten y compartan!
Porque es el corazón de España (literalmente)
Si te fijas en un mapa de España, te darás cuenta de que Toledo se ubica prácticamente al centro del país, por lo que no importa dónde estés o hacia dónde te dirijas, Toledo siempre te queda a tiro de piedra (en tren de alta velocidad, el viaje desde Madrid puede durar hasta 30 minutos). Pero no es solo una cuestión geográfica, sino también histórica, ya que aquí hay vestigios de casi todas las civilizaciones que han tocado la Península Ibérica: iniciando en la Edad de Bronce, pasando por la conquista romana hacia el siglo III, la capital del reino visigodo entre los siglos VI y VIII, seguido del dominio musulmán y la llegada del pueblo judío, y la capital del reino de León a partir del alo 1085. Hoy por hoy es sede del gobierno de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, y una de las ciudades con mayor concentración de museos y monumentos de toda España.
Para visitar la Catedral Primada de España
No por nada la Catedral Primada de Santa María en Toledo es el emblema por excelencia de la ciudad (y vaya que eso ya es decir bastante). El edificio data de la época de los visigodos, y durante la conquista musulmana se convirtió en mezquita. En el siglo XVIII, durante la reconquista, se inició la construcción de la actual catedral, la cual se terminó en 1493 con los detalles góticos que la caracterizan. El campanario mide 90 metros y en su interior se encuentra la Campana Gorda, la cual se puede visitar para admirar las panorámicas más apabullantes de la ciudad. En el interior es impactante y harían falta varias visitas para realmente conocerlo todo: la Capilla de los Reyes Nuevos —donde se encuentran las tumbas de los reyes de la dinastía Trastámara—, obras de arte del Greco y Goya, la capilla Mozárabe y el trascoro, entre otras maravillas.
Para descubrir la imponencia del Alcázar
Desde que te aproximas a Toledo lo primero que te roba el aliento es la vista del Alcázar, que se alza majestuoso en la cima de la colina al centro de esta ciudad amurallada. Aunque el nombre con el que se conoce hasta ahora deriva de la palabra árabe ‘al qasar’ (que significa ‘fortaleza’), en realidad el edificio se construyó desde la época de los romanos, quienes lo utilizaban como palacio. Posteriormente, fue restaurado en el siglo XVI, y fue ahí donde Carlos I recibió a Hernán Cortés tras la conquista del imperio Mexica en América. Hoy en día es sede del Museo del Ejército y de la Biblioteca de Castilla-La Mancha.
Porque tienes que conocer el parque Puy du Fou España
Este parque de diversiones tiene un concepto único que todo amante de la historia tiene que conocer. Aquí cada atracción narra distintos momentos de la historia de España a partir de representaciones como El Último Cantar (que sigue las hazañas del legendario Cid Campeador), A Pluma y Espada (sobre las aventuras de Lope de Vega), Allende la Mar Océana (un viaje inmersivo que revive el viaje de las tres carabelas hacia América), El Misterio de Sorbaces (que retrata la grandeza del Reino Visigodo), entre otros. La oferta gastronómica no se queda atrás y cada uno de sus restaurantes, bares y cafés también son una oportunidad para viajar al pasado a través del paladar.
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Para probar la comida toledana
Sabemos que comer en España es una experiencia brutal: por un lado, la gastronomía de este país está llena de personalidad y cuerpo, y por otro, cada provincia tiene su propia identidad culinaria y se puede comer delicioso prácticamente en cualquier sitio. Por la zona en la que se ubica —La Mancha—, la comida toledana está llena de sabores fuertes como quesos manchegos, vinos, aceites y azafrán. Aquí encontrarás más de un par de restaurantes galardonados con Estrellas Michelin y Soles Repsol, entre los que figuran Iván Cerdeño-Cigarral del Ángel, Adolfo (situado en un palacete del siglo XVIII-XIV en pleno casco antiguo) y La Clandestina. Obviamente, los bares de caña y vermú para ‘tapear’ y echar copita no faltan, y la vida nocturna llena de música en vivo queda muy a la altura de la usanza española.
Por el aura mágica y legendaria de esta ciudad medieval
A pesar de la prominencia de Toledo como uno de los principales centros católicos de la región, ya desde la Edad Media esta ciudad era famosa por atraer a gente de distintos puntos de Europa ávida de aprender las ‘artes toledanas’. Aquí existió una escuela de nigromancia, y fue uno de los principales centros de enseñanza de la magia entre los siglos XI y XV, la cual giraba alrededor del conocimiento ‘oscuro’ que se conservaba de los años de ocupación árabe. Debido a la efervescencia cultural de Toledo, este fue el escenario ideal para la confluencia de saberes y creencias, y hasta el día de hoy existen montones de leyendas que todavía se sienten habitar las calles dentro de las murallas.
Por sus fiestas y tradiciones
Los efectos de esta misma efervescencia cultural también se observan en las fiestas y tradiciones de la ciudad, como la impactante procesión del Corpus Christi, la cual se celebra en verano, 60 días después del Domingo de Pascua, y es tan antigua como la catedral misma. Durante los días previos a la fiesta, la ciudad comienza a engalanarse para recibir decenas de miles de turistas y devotos que viajan de distintas partes de España, Europa y el mundo para presenciar este evento. Las fiestas de Semana Santa, de la Virgen del Sagrario y de Navidad también son dignas de mención y vale la pena tomarlas en cuenta al momento de planear tu viaje.